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Condena Díaz-Canel agresiones contra embajada de Cuba en Estados Unidos

Un vehículo que la policía considera está relacionado con el hecho permanece estacionado fuera de la sede diplomática. Foto: The Washington Post

 El Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel, condenó hoy a través de su cuenta oficial en Twitter, la agresión armada perpetrada esta madrugada contra la embajada de su país en Estados Unidos.
En la red social, Díaz-Canel expresó que el Gobierno cubano espera por los resultados de la investigación sobre los hechos, y reiteró la obligación de los estados de proteger a los diplomáticos y demás trabajadores de las embajadas acreditadas en sus territorios.
“Cuba espera por investigación del atentado con arma de fuego contra nuestra embajada en Estados Unidos. Condenamos esta agresión. Los estados deben proteger a las misiones diplomáticas acreditadas en su país. #SomosCuba“, tuiteó el mandatario.
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, se refirió en un tuit al hecho ocurrido en la madrugada de este 30 de abril, cuando la Embajada de La Habana en la nación norteamericana fue objeto de una agresión armada con un rifle, por parte de un individuo no identificado.
Ubicada en la ciudad de Washington D.C., la misión diplomática de Cuba cuenta con un sistema de protección y seguridad para enfrentar cualquier amenaza contra el personal y las instalaciones.
La embajada antillana en la capital estadounidense fue reabierta el 20 de julio de 2015, fecha en que se restablecieron las relaciones diplomáticas entre ambos países, bajo el gobierno del presidente Barack Obama.

Intentan provocación y show mediático contra delegación a la ONU presidida por Presidente cubano

 

Una “protesta” frente a la sede de la Organización de Naciones Unidas, en Nueva York, convocada para este jueves, 27 de septiembre tiene bastante de provocación y show mediático intrascendente, pero dirigida contra Cuba, Venezuela y Nicaragua.

Los convocantes son una de esas organizaciones financiada y subcontratada con el dinero del contribuyente norteamericano, para alimentar a una contrarrevolución parásita, que desconoce a la inmensa mayoría de la gente cubana en la Isla y, en otros lugares realmente vinculada a su nación.

En este caso se trata de un grupo minoritario denominado Archivo Cuba, que es una iniciativa de Free Society Project, Inc., una organización y centro de estudios que se declara sin fines de lucro, en el país donde la marca esconde los dineros y, que además está exenta de impuestos, establecida en Washington, D.C. en el 2001, cuyo objetivo declarado es supuestamente promover los derechos humanos mediante la investigación y la información.

La protesta busca coincidir con la visita a la ONU del presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, para que los líderes mundiales “…sean testigos de nuestro clamor por la libertad, la democracia y los derechos humanos en Cuba, Venezuela y Nicaragua”, publican en un mensaje difundido en Facebook.

¿Quienes son esos “nosotros” que ignoran a los cubanos de la Isla y los muestran como víctimas de represión, torturas y desapariciones? En verdad son la gusanera mercenaria y terrorista de siempre.

La “manifestación” ha sido fijada entre las 4:00 y 5:30 de la tarde, frente a la sede de Naciones Unidas, en la calle 47º y 1era Ave., Nueva York, NY 10017.

La organización adelantó que la embajadora estadounidense ante ONU, Nikki Haley, podría unirse a la manifestación.

El fracaso anunciado es que otra organizaciones ni siquiera han respaldado esta provocación y show mediático que lo informa Martí Noticias, el grupo noticioso del gobierno de Estados Unidos para la subversión en Cuba.

Fuente  Blog Isla  Mia

Estados Unidos a un paso de cerrar su embajada en Cuba

Por Arthur González.

El más reciente anuncio del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS), de Estados Unidos, dado a conocer el 22.12.17, de que “suspenderá temporalmente, pero de inmediato, las operaciones en su oficina de La Habana, Cuba, ante la reducción del personal de su embajada”, era de esperar, pues desde que el gobierno de Donald Trump inició la operación mediática de los falsos ataques acústicos y las inventadas enfermedades que sufrieron sus diplomáticos, se vislumbraba que el final apunta al cierre total de su embajada.

Desde que comenzaron a publicar reiteradamente la historieta, eran evidentes que sus mentiras tenían como finalidad afectar el turismo internacional, crear conflictos internos en la isla ante el recrudecimiento de la guerra económica y posteriormente romper las frágiles relaciones establecidas por Obama, esas que formaron parte de un acápite del diseño de su política para destruir el socialismo desde adentro, expresado notoriamente en todos sus discursos, a partir del 17.12.14.

La primera medida tomada por el Departamento de Estado en 2017, fue la expulsión de dos diplomáticos y meses después de otros 16 funcionarios diplomáticos de la misión cubana en Washington, seguida de la decisión de Estados Unidos de retirar igual cantidad de sus funcionarios acreditados en la Habana, principalmente del consulado y de la oficina económica, lo que dejaba ver a las claras que todo estaba premeditado y formaba parte de una operación estratégica para dañar la economía cubana, ante el fracaso de la política subversiva que sutilmente trazó Obama hacia Cuba.

El actual paso de trasladar las actividades consulares hacia la embajada de Estados Unidos en México, es una prueba de que pretenden desmantelar las funciones de ellos en la Habana, para llegar a la conclusión de que es más lógico cerrarla totalmente para no malgastar dinero.

La decisión tomada apunta al interés de provocar tensiones internas en la isla, a partir de la angustia de los que han decidido emigrar para reunirse con sus familiares e incitar las salidas ilegales, al estilo de las acontecidas en 1994, conocidas como el “maleconazo”, en momentos en que Cuba lleva a cabo un proceso de cambio generacional en su gobierno.

Nuevamente errores de cálculo de los estrategas yanquis que al parecer no sacan lecciones de la historia.

Los cubanos pueden resistir 58 años de guerra económica, acciones terroristas, redes de la CIA para el espionaje, planes para asesinar a sus líderes, guerra biológica para introducir plagas y enfermedades, fabricación de una contrarrevolución asalariada sin filosofía propia ni convicciones políticas, estimulación a la emigración ilegal, unido a su permanente estrategia de subversión ideológica, porque construyeron una Revolución verdadera, no impuesta por los tanques soviéticos.

Para las nuevas generaciones de cubanos la mejor lección que reciben es precisamente el regreso de Estados Unidos a su vieja política de agresiones, solo así conocerán quien es el imperialismo yanqui y no el espejismo que dejó en 8 años el presidente Obama con un diseño inteligente, sutil y engañoso que nubló la mente de aquellos que se creyeron que con los yanquis se puede jugar limpio.

Quienes repasan la historia de Cuba de los últimos 120 años, se percatan de las trampas y traiciones de la política estadounidense, no solo con la mayor de las Antillas, sino con toda la América Latina, a la que han invadido, robado parte de sus tierras, impuesto bases militares, ejecutado golpes de Estado, asesinatos de gobernantes que no se arrodillan, y guerras económicas para ahogarlos, obligándolos a aceptar las condiciones que imponen, sin respetar soberanía ni derechos humanos.

Las cubanas y cubanos están preparados para las contingencias, porque todos han vivido y nacido bajo las acciones de los yanquis; su estoica resistencia y unidad nacional les permite salir victoriosos, algo que no perdonan los señores imperialistas que no comprenden como lo hacen sin sublevarse contra la Revolución, anhelado sueño yanqui de verla caer como el Muro de Berlín.

Los yanquis no entienden que la única receta que utilizan los cubanos es la unión de todos, a pesar de diferencias de criterios, religión y otras que no son antagónicas y que les ha permitido vencer las dificultades impuestas, porque como nos legó José Martí, apóstol de la independencia:

“Vencer, en el arte difícil de unirse, es el secretó único del bienestar de los pueblos y la garantía única de su libertad”.

Rinden tributo a Fidel en Washington

 

La reconocida investigadora Julia Sweig habla en el panel dedicado a Fidel. A su derecha el abogado José Pertierra y a su izquierda el embajador cubano José Ramón Cabañas y la activista Gail Walker. Foto: Prensa Latina
La reconocida investigadora Julia Sweig habla en el panel dedicado a Fidel. A su derecha el abogado José Pertierra y a su izquierda el embajador cubano José Ramón Cabañas y la activista Gail Walker. Foto: Prensa Latina

El líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, siempre estuvo dispuesto a tener mejores relaciones con Estados Unidos, pero sin poner en riesgo la soberanía de la isla, resaltaron este martes en Washington conocedores de los vínculos bilaterales.

Un panel moderado por el embajador cubano, José Ramón Cabañas, e integrado por estadounidenses que dialogaron en diferentes momentos con el dirigente revolucionario fallecido el 25 de noviembre de 2016, recordó diversos modos en los que este buscó un acercamiento y privilegió los nexos con el pueblo norteamericano.

Ante diplomáticos de varios países y amigos de la isla, Gail Walker, directora ejecutiva de la Fundación Interreligiosa para la Organización Comunitaria/Pastores por la Paz, destacó el carácter altruista del proceso social iniciado en la nación caribeña en 1959 y el apoyo brindado a países de diversos continentes.

La activista apuntó que esa solidaridad cubana también se ha manifestado con Estados Unidos, como ocurrió tras el paso del huracán Katrina en 2005, cuando Fidel Castro ofreció enviar más de mil 500 médicos para asistir a los afectados, una ayuda rechazada por el entonces presidente George W. Bush.

Asimismo, Walker se refirió a la Escuela Latinoamericana de Medicina de La Habana, donde se han formado hasta la fecha 170 médicos norteamericanos de comunidades de bajos ingresos, a partir de una iniciativa gestada por el Comandante en Jefe de la mayor de las Antillas.

Por su parte, Julia Sweig, experta en estudios latinoamericanos, recordó que en varias ocasiones vio al líder revolucionario debatir con algunos de sus críticos más fuertes sobre temas relacionados con Cuba.

De acuerdo con la ex integrante del influyente Consejo de Relaciones Exteriores, Fidel Castro conversó en esa línea con miembros de la élite económica, cultural y política norteamericana, siempre con la puerta abierta para empujar la plataforma de las relaciones entre el país antillano y Estados Unidos.

Sweig manifestó luego a Prensa Latina que el público estadounidense es muy diverso, pero ya sea con representantes del ámbito religioso, comercial, cultural o educacional, se vive ahora un momento en que todos esos sectores están a favor de los nexos normales con Cuba.

Estructuralmente lo hemos alcanzado, ‘y eso es puro Fidel’, apuntó la estudiosa en alusión a la estrategia del dirigente para compartir su mensaje con la sociedad norteamericana.

Peter Kornbluh, director del Proyecto de Documentación sobre Cuba en el Archivo
de Seguridad Nacional de la Universidad George Washington habla en el panel
sobre Fidel en Washington. Foto: Prensa Latina

Peter Kornbluh, director del Proyecto de Documentación sobre Cuba en el Archivo de Seguridad Nacional de la Universidad George Washington, apuntó que el Comandante en Jefe conocía las diferencias entre el pueblo y el gobierno estadounidense.

El historiador, quien recientemente visitó el lugar donde reposan los restos de Fidel Castro en el cementerio Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba, relató algunos momentos clave en los que el dirigente trató de sostener contactos con las administraciones de este país.

Kornbluh, coautor del libro Diplomacia encubierta con Cuba: historia de las negociaciones secretas entre Washington y La Habana, afirmó que en todo momento el líder caribeño dejó clara su disposición al diálogo, y solo pedía a cambio el respeto a la soberanía la isla.

Esa idea fue reiterada por el abogado cubanoamericano José Pertierra, quien señaló que lo que no aceptaba era la exigencia de condiciones.

Desde los primeros momentos él estuvo dispuesto a tener buenas relaciones, aunque discrepara el gobierno norteamericano, el problema no era de Cuba, sino de Estados Unidos, consideró.

Panel sobre Fidel en la Embajada cubana en Washington. Foto: Prensa Latina

 

Fuente:

Cubadebate

Fecha:

22/11/2017

Declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba

El 29 de septiembre de 2017, el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Rex Tillerson, anunció la decisión de reducir significativamente el personal diplomático de su Embajada en La Habana y retirar a todos los familiares, con el argumento de que se han producido “ataques” contra funcionarios del gobierno estadounidense en Cuba, que les han causado afectaciones a su salud.

El 3 de octubre de 2017, una vez más, el gobierno estadounidense, en una acción injustificada, decidió que 15 funcionarios de la Embajada de Cuba en Washington abandonen el territorio de los Estados Unidos, sobre la base de que han reducido su personal diplomático en La Habana y que el gobierno cubano no habría dado los pasos necesarios para prevenir “ataques” contra estos.

El Ministerio de Relaciones Exteriores protesta enérgicamente y denuncia esta decisión infundada e inaceptable, así como el pretexto utilizado para justificarla, al afirmarse que el gobierno de Cuba no adoptó todas las medidas adecuadas para prevenir los alegados incidentes.

En la reunión sostenida, a propuesta de la parte cubana, con el secretario de Estado, Rex Tillerson, el ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, le advirtió de no tomar decisiones apresuradas sin sustento en evidencias, lo instó a no politizar un asunto de esta naturaleza y le reiteró la solicitud de cooperación efectiva de las autoridades estadounidenses para esclarecer los hechos y concluir la investigación.

Es la segunda ocasión, después que el 23 de mayo de 2017 el Departamento de Estado ordenara que dos diplomáticos cubanos en Washington abandonaran el país, en que el Gobierno de los Estados Unidos responde de manera precipitada, inapropiada e irreflexiva, sin evidencias sobre la ocurrencia de los hechos invocados, en los que Cuba no tiene responsabilidad alguna, y sin que haya concluido la investigación que está en curso.

Tal como fuera trasladado por el Canciller cubano al secretario de Estado Tillerson, el 26 de septiembre de 2017, Cuba, que ha sido víctima en el pasado de atentados contra miembros de su personal diplomático, asesinados, desaparecidos, secuestrados o agredidos en el ejercicio de sus funciones, cumple con toda seriedad y rigor sus obligaciones con la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961, en lo que se refiere a la protección de la integridad de los agentes diplomáticos acreditados en el país, en lo cual puede mostrar un historial impecable.

Como informó el Ministerio el pasado 9 de agosto, desde que la Embajada y el Departamento de Estado de los Estados Unidos informaran, el 17 de febrero de 2017, la presunta ocurrencia de incidentes contra algunos funcionarios de esa sede diplomática y sus familiares desde noviembre de 2016, alegando que les causaron daños y otras afecciones, las autoridades cubanas han actuado con suma seriedad, profesionalismo e inmediatez para esclarecer esta situación e iniciaron una investigación exhaustiva y prioritaria por indicación del más alto nivel del Gobierno. Se reforzaron las medidas de protección de los diplomáticos estadounidenses, sus familiares y sus residencias, se habilitaron nuevos canales de comunicación expedita de la Embajada con el Departamento de Seguridad Diplomática y se creó un comité de expertos para el análisis integral de los hechos, integrado por autoridades policiales, médicos y científicos.

Ante la tardía, fraccionada e insuficiente información suministrada por los estadounidenses, las autoridades cubanas solicitaron a la Embajada de los Estados Unidos precisiones e informaciones adicionales que permitieran realizar una investigación seria y profunda.

La Embajada de los Estados Unidos solo entregó algunos datos de interés sobre los supuestos incidentes, después de que el 21 de febrero, el Presidente Raúl Castro Ruz reiterara personalmente al Encargado de Negocios a.i. de esa Misión diplomática la importancia de compartir más información y cooperar entre las autoridades competentes de ambos países. No obstante, los datos suministrados con posterioridad continuaron careciendo de descripciones o detalles que facilitaran la caracterización de los hechos o la identificación de posibles autores, en caso de haberlos.

En las semanas posteriores, ante nuevos reportes sobre alegados incidentes y la escasa información aportada, las autoridades cubanas reiteraron la necesidad de una cooperación efectiva, ampliaron las solicitudes informativas a las autoridades estadounidenses e insistieron en ser notificadas en tiempo real sobre la ocurrencia de nuevos incidentes para poder actuar de forma oportuna.

En adición a lo anterior, en aras de contribuir al proceso investigativo y legal que se radicó en virtud de la Ley de Procedimiento Penal cubana, se trasladaron a las autoridades de los Estados Unidos requerimientos informativos como parte del expediente de investigación.

Las informaciones entregadas por la parte estadounidense han llevado al comité de expertos cubanos a concluir que estas son insuficientes y que el principal obstáculo para el esclarecimiento de los incidentes ha sido la falta de acceso directo a los afectados y a los médicos que los examinaron, la entrega tardía de evidencias y su carencia de valor, la ausencia de una información primaria fiable y contrastable, y la imposibilidad de realizar intercambios con expertos de los Estados Unidos con conocimiento sobre hechos de esta naturaleza y de la tecnología que pueda haberse empleado, a pesar de haberlo planteado reiteradamente como una necesidad para avanzar en la investigación.

Solo tras repetidas solicitudes al Gobierno de los Estados Unidos, representantes de agencias especializadas de ese país viajaron finalmente a La Habana el pasado mes de junio, se reunieron con sus contrapartes cubanas y expresaron la intención de cooperar de forma más sustantiva en la investigación de los supuestos incidentes. Volvieron a visitar Cuba en agosto y septiembre, permitiéndoseles trabajar en el terreno por primera vez en más de 50 años, para lo cual se les dieron todas las facilidades, incluyendo la posibilidad de importar equipamiento, como muestra de buena voluntad y del gran interés del gobierno cubano en concluir la investigación.

Las autoridades cubanas valoran positivamente las tres visitas realizadas por las agencias especializadas estadounidenses, las cuales han reconocido el alto nivel profesional de la investigación emprendida por Cuba, con un elevado componente técnico y científico, y que como resultado preliminar ha arrojado que hasta el momento, de acuerdo con la información disponible y los datos proporcionados por los Estados Unidos, no existen evidencias de la ocurrencia de los alegados incidentes, ni de las causas y el origen de las afecciones de salud notificadas por los diplomáticos estadounidenses y sus familiares. Tampoco se han identificado posibles autores ni personas con motivaciones, intenciones o medios para ejecutar este tipo de acciones, ni se ha establecido la presencia de personas o medios sospechosos en los lugares donde se han reportado los hechos ni en sus alrededores. Las autoridades cubanas no están familiarizadas con equipos ni tecnologías que puedan ser utilizadas para este propósito, ni cuentan con información que indique su presencia en el país.

Al rechazar categóricamente cualquier responsabilidad del gobierno cubano en los alegados hechos, el Ministerio de Relaciones Exteriores reafirma una vez más que Cuba jamás ha perpetrado ni perpetrará ataques de ninguna naturaleza contra funcionarios diplomáticos ni sus familiares, sin excepción. Tampoco ha permitido ni permitirá que su territorio sea utilizado por terceros con este propósito.

El Ministerio enfatiza que la medida anunciada por el Gobierno de los Estados Unidos, de reducir el personal diplomático cubano en Washington sin que haya resultados investigativos concluyentes ni pruebas de los incidentes que estarían afectando a sus funcionarios en Cuba, tiene un carácter eminentemente político.

El Ministerio insta a las autoridades competentes del Gobierno de los Estados Unidos a no continuar politizando este asunto, lo cual puede provocar una escalada indeseada, así como enrarecer y hacer retroceder más las relaciones bilaterales, ya afectadas por el anuncio de una nueva política realizado en junio pasado por el presidente Donald Trump.

El Ministerio reitera la disposición de Cuba a continuar propiciando una cooperación seria y objetiva entre las autoridades de ambos países, con el objetivo de lograr el esclarecimiento de estos hechos y concluir la investigación, para lo cual será esencial la colaboración más eficiente de las agencias competentes de los Estados Unidos.

La Habana, 3 de octubre de 2017

Este es un espacio de intercambio y reflexión, para demostrar la valía de un pueblo que se enfrenta al Imperio más poderoso del planeta con la seguridad absoluta en la Victoria porque le asiste la razón. Esas son las Razones de Cuba