En la estación de ferrocarriles de la ciudad de Manzanillo, cayo asesinado el 22 de enero de 1948 el líder de los trabajadores azucareros Jesús Menéndez Larrondo, por el capitán de la Guardia Rural Joaquín Casillas Lumpuy.
El líder obrero, nació el 14 de diciembre de 1911 en el pueblo de Encrucijada, actual provincia de Villa Clara. Menéndez desarrollo su actividad proletaria en dos sectores importantes de la economía de la isla, el azúcar y el tabaco. Su fecunda vida estuvo dedicada por entero a la defensa de los intereses de la clase obrera.
Entre las conquistas materiales que obtuvo para los trabajadores azucareros se cuentan, la elevación de los salarios, el descanso retribuido, la erradicación de menor salario en tiempo muerto, el diferencial azucarero y la cláusula de garantía. El Imperialismo yanqui, ante la actitud vertical de Menéndez, fraguo su asesinato en contubernio con el gobierno del presidente Ramón Grau San Martin.
La muerte de Jesús Menéndez Larrondo, no fue en vano, la Revolución Cubana triunfante el primero de enero de 1959 cumplió los objetivos por los cuales el General de las Cañas entrego su vida.
El Movimiento Sindical Cubano rinde homenaje de recordación este día a uno de sus líderes más queridos. Los afiliados al Sindicato Nacional del sector realizan mítines , matutinos, vespertinos y actos en bateyes , fábricas de azúcar ,pelotones de camioneros , de combinadas y alzadoras cañeras con motivo de la efemérides .
La vida y obra de Menéndez, siempre perdurara en el corazón del pueblo cubano., por ser un genuino defensor de los intenses de los trabajadores.
El aniversario 60 del asesinato del combatiente de la lucha clandestina Fulgencio Oroz Gómez , por esbirros de la dictadura proimperialista de Fulgencio Batista se recordó en la Habana con un acto que tuvo por sede la otrora Escuela Normal en la cual estudio el joven revolucionario entre 1953-1957 y que hoy lleva su nombre como Escuela Pedagógica Formadora de Maestros, en el municipio capitalino El Cerro
Luis Antonio Torres Iribar , primer secretario del Partido en la Habana y miembro del Comité Central asistió al acto de homenaje en el cual el combatiente del Directorio Revolucionario 13 de Marzo doctor Héctor Terry Molinet, destaco los valores y cualidades del mártir de la Revolución Cubana.
Aylin Álvarez García ,integrante del Buro Provincial de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) en la capital en las palabras centrales del tributo convoco a la nueva generación de maestros a seguir defendiendo la obra de la Revolución como lo hizo Fulgencio Oroz, quien a pesar de su corta entrego su vida por la libertad de Cuba.
Los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) rindieron homenaje en la Habana a Juan Ronda Lazcano, primer mártir de la organización caído en el cumplimiento del deber en 1961.
En la calle Factoría y Apodaca , en el municipio capitalino La Habana Vieja ,donde el destacado revolucionario cumplía con su deber con la Patria al momento de ser asesinado, se realizó un acto con la presencia de Rodolfo Candano Quintana , primer secretario del Comité Municipal del Partido en la Habana Vieja , Carlos Rafael Miranda Martínez , miembro del Comité Central y del Consejo de Estado y Coordinador Nacional de la mayor organización de masas del país.
Una ofrenda floral fue colocada al pie de la tarja situada en el lugar en memoria de Ronda. Guillermo Pupo invitado al IX Congreso de los CDR al usar de la palabra destaco las cualidades del mártir como miembro del Movimiento 26 de Julio quien participo en acciones sabotajes y distribución de propaganda en contra de la dictadura proimperialista de Fulgencio Batista, razón por loa cual en varias ocasiones se tuvo que trasladar del barrio de los Pinos donde residía por la persecución de la policía batistiana.
Pupo destaco que ronda tras el triunfo de la Revolución integro las Milicias Nacionales Revolucionarias, y durante una guardia en la Empresa Eléctrica donde trabajaba en Factoría y Apodaca cuidando cables soterrados , es asesinado por un grupo de saboteadores el 10 de abril de 1961.
Asistieron al homenaje al mártir cederista , su hija Niurka Ronda Fernández , integrantes del secretariado nacional de los CDR , de la Dirección Provincial de la organización de masas en la capital ,la Delegación capitalina al IX Congreso de los CDR ,y vecinos del Consejo Popular Jesús María ,en la Habana Vieja.
Publicado el 12 noviembre, 2017 • 21:53 por Alina Martínez
José María Pérez
“Nunca más supimos de él. Fue como si se lo hubiera tragado la tierra. Recorrí todas las estaciones de policía, todas las dependencias represivas posibles, hice gestiones a todos los niveles. Nadie aportaba nada. Nadie sabía nada”. Así recordó Irene Rodríguez, militante comunista y sindicalista, el angustioso peregrinar para conocer el paradero de su esposo José María Pérez, quien asumió la dirección del movimiento sindical cubano después de que la dictadura de Fulgencio Batista le negó la entrada al país al secretario general de la CTC Lázaro Peña.
José María había sido secuestrado el 20 de noviembre de 1957, en la intersección de las céntricas avenidas capitalinas Belascoaín y Carlos III, por agentes del llamado Buró de Represión de Actividades Comunistas (Brac).
No era un hecho inusual, sino una de las tantas prácticas de las fuerzas represivas. Muchos revolucionarios fueron detenidos como él, en plena calle, con total impunidad, ante la mirada alarmada de los transeúntes que sabían lo que ello significaba: algunos de los capturados sobrevivían a la prisión y las torturas, otros morían como consecuencia de los maltratos, y sus cuerpos eran abandonados por sus verdugos en cualquier parte; José María engrosó una siniestra lista: la de los desaparecidos.
No fue hasta después del triunfo de enero de 1959 que se supo cómo habían sido los últimos días del recio luchador. Había caído en manos del sanguinario Julio Laurent, jefe del Servicio de Inteligencia Naval, organismo de vigilancia y represión de la Marina de Guerra. Este personaje trabajaba en estrecho contacto con el asesino Esteban Ventura Novo y operaba fundamentalmente en La Chorrera. Allí se utilizaba la lancha 4 de septiembre para lanzar a las aguas los cuerpos martirizados de los luchadores.
Un cabo de la dictadura, alias El Rana, al ser juzgado por su actuación criminal, se refirió a lo acontecido. Declaró que en una casa de botes ubicada en 21 esquina a 32, en la margen este del río Almendares, se resguardaban las embarcaciones de Batista y otros políticos del régimen, además de la comandada por el propio cabo.
Al ver una foto de José María que le mostró Irene, el acusado lo reconoció como el hombre que estuvo durante cuatro días ferozmente golpeado en la nave donde guardaba la lancha, y al manejarla hacia su fatídico destino comprobó por el espejo de esta cómo lo lanzaban a las profundidades.
Es una historia que a pesar de los 60 años transcurridos los cubanos no podemos olvidar, de igual modo tampoco se borrará de nuestras mentes la reacción de las autoridades de Estados Unidos ante la solicitud del Gobierno Revolucionario de la detención para su posterior extradición de Laurent, autor de este y muchos otros crímenes, quien se había refugiado en la nación del Norte. Entonces ese país sí fue sordo al justo reclamo de Cuba y continuó proporcionándoles refugio no solo a este, sino a otros asesinos al servicio del batistato.
Intentaron ahogar en el mar la rica ejecutoria de José María en favor de los trabajadores, pero quedó grabada para siempre en la historia del movimiento sindical cubano.
Desde muy joven había desafiado la dictadura de Gerardo Machado y sin pertenecer todavía al sector del transporte organizó como miembro de la Liga Juvenil Comunista un paro de choferes; estuvo en primera fila en la huelga general revolucionaria que despachó al tirano; ayudó a crear el Sindicato de Ómnibus Aliados y, durante su cargo de secretario general, demostró a sus compañeros de labor que con la unidad podrían luchar con éxito contra los patronos. Y su empeño unitario lo llevó a convertirse en fundador y dirigente de la Federación de Trabajadores de La Habana y de la Confederación de Trabajadores de Cuba (CTC), de cuyo primer ejecutivo formó parte. Como representante a la Cámara por el Partido Comunista defendió con igual vehemencia a los suyos.
Cuando Lázaro Peña tuvo que viajar al exterior por su condición de vicepresidente de la Federación Sindical Mundial, la dictadura de Batista le prohibió el regreso a Cuba. Entonces la dirección del movimiento sindical recayó sobre José María, que en circunstancias muy complejas y riesgosas mantuvo la acción de los trabajadores a través de los Comités de Defensa de las Demandas Obreras y la Democratización de la CTC, cuya dirección había caído en manos de una camarilla servil y corrupta.
En vano lo encarcelaron en más de una docena de ocasiones. José María siguió batallando. “El trabajo era intenso; José María apenas pasaba por la casa. A veces nos encontrábamos en la calle, en cualquier lugar. Nos tenían chequeados constantemente. La Policía y el Brac no nos perdían pie ni pisadas; pero había que seguir la lucha”, evocó la esposa sobre aquellos difíciles años.
Solo la muerte pudo detenerlo. Pero aquellos a los que había dedicado su existencia no lo dejaron morir y a 60 años de ese fatídico 20 de noviembre lo recuerdan.
La muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida
La tarde del 21 de enero de 1987, los cardenenses lloran la pérdida de un hijo querido, y acompañan a sus familiares y amigos en el homenaje póstumo, alineados a lo largo y ancho de la avenida que servía de marco a las honras fúnebres del combatiente de la Policía Nacional Revolucionaria PNR Leonardo Rodríguez Carrillo. Nacido el 16 de noviembre de 1962, fue un joven que desarrollo sus actividades políticas y sociales en medio de las luchas del pueblo de Cuba, por consolidar las conquistas del Socialismo. De pequeño integra la organización de pioneros de Cuba y más tarde la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media FEEM y los Comités de Defensa de la Revolución CDR .Concluyo sus estudios secundarios, y comenzó a estudiar en el politécnico Vitalio Acuña Núñez , de la ciudad de la Habana en el que termina el 11no grado . Comienza a trabajar en la cartonera de la ciudad de Cárdenas , posteriormente se traslada para el hotel La Dominica, donde labora en el almacén hasta agosto de 1981 que es llamado al servicio militar el que concluye con resultados favorables . El 19 de diciembre de 1984 hace su ingreso a la PNR, desde su incorporación a las filas del Ministerio del Interior MININT, demuestra ser un joven serio y responsable dedicado con verdadero amor a la profesión. Leonardo se destaca, y en reconocimiento a sus resultados es seleccionado para pasar el curso medio de carpetas, el cual concluye con notas satisfactorias y cinco puntos en el examen estatal .Por su destacada participación en los festejos carnavalescos de la Habana, él joven policía recibe el reconocimiento del Jefe de la Dirección General de la PNR, y de la Jefatura del MININT de la provincia de Matanzas. Leonardo Rodríguez Carrillo es un joven dispuesto y alegre , como todos los de su edad ,más quiere trabajar , ser útil , por ello durante el pase de los fines de semana se presenta en su unidad de la PNR de la ciudad de Cárdenas , y participa en todas las tareas que esta desarrolla .Múltiples son las misiones cumplidas por este abnegado combatiente en su corta estancia en las filas del MININT . La tarde del 20 de enero de 1987, el recién llegado de trabajar en el tribunal municipal popular, se dispone almorzar, pero la noticia del asalto a la oficina de pagaduría de la fábrica Horacio Rodríguez, así como el secuestro de dos de sus trabajadores conmueve a la unidad y el dispositivo policiaco prepara el operativo, Leonardo integra el grupo de combatientes. Valiente y decidido, una vez más pasa al frente, y se adelanta al grupo con su arma corta dispuesta, se inicia la persecución, el delincuente porta un fusil AKM y ha demostrado ser peligroso, sin embargo Leonardo no teme. Su actuación rápida permite cerrar el cerco del antisocial, pero este valiéndose de su ventajosa posición, dispara a mansalva contra el combatiente, que sin soltar su arma, cae abatido a balazos .Frente al peligro, Leonardo antepuso siempre su deber de revolucionario, ello se manifestó en su actuación diaria, no es entonces de extrañar que adelantado al grupo de combatientes, trato de detener al delincuente. Su muerte hace rápida la captura del mismo. Ascendido post morten, al grado de subteniente Leonardo Rodríguez Carrillo, alcanzó la gloria de los héroes. Su legado está presente en los jóvenes combatientes del MININT , institución que arriba a su aniversario 54 este 6 de julio .El Centro de Instrucción Provincial de esa institución en Matanzas, lleva el nombre del joven combatiente caído con apenas 25 años de edad . En el sitial histórico existente en dicho lugar , y que atesora algunas pertenencias del mártir , es un lugar de obligado compromiso para los combatientes que aquí se preparan , para continuar su ejemplo de joven revolucionario que al decir de José Martí La muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida.
Este es un espacio de intercambio y reflexión, para demostrar la valía de un pueblo que se enfrenta al Imperio más poderoso del planeta con la seguridad absoluta en la Victoria porque le asiste la razón. Esas son las Razones de Cuba